Como ha pasado el tiempo de rápido.
He vuelto a cuidar, pero no con las mismas ganas y cariño que lo hice contigo.
Contigo aprendí tantas cosas, me diste tanto que me marcaste para siempre.
Mi etapa a tu lado fue tan bonita, tan mágica y preciosa que dejaste el listón muy alto para poder estar igual de bien en ningún otro lugar y con otra persona dependiente.
Un trozo de mi corazón se quedó en el pueblo vecino, donde pasé muchas horas a tu lado.
Fuiste valiente, fuerte y capaz de todo hasta el final.
Cuidarte fue tan gratificante, que aun hoy, tres años después de tu marcha te sigo recordando con mucho cariño.
Me dejaste un cuadro, que lleva muchos puntos y que tengo en una zona muy visible de mi casa, cada día te hablo y te pido que me eches una mano en esta tarea complicada que es la de Vivir.
Cuantas horas de charla, de confidencias entre las dos.
Son tantas las emociones que se agolpan en mi cabeza, que me emociono y soy incapaz de plasmarlas en este escrito.
Que te quise y te querré siempre, princesa.
Descansa en Paz y sigue queriéndome como lo hiciste el tiempo que estuvimos juntas.
Cuantas veces me decías, para que te vas, quédate aquí conmigo y acuéstate conmigo.
Todos somos Únicos y especiales, tu lo FUISTE.
Tres años sin ti, pero estarás en mi corazón para siempre.
martes, 19 de abril de 2016
miércoles, 6 de abril de 2016
viernes, 22 de enero de 2016
Cuidando a mi familiar, otra forma muy diferente de cuidar.
Todo en la vida está lleno de etapas, unas buenas y otras no tanto.
Ahora me ha tocado ejercer de cuidadora constante de mi esposo.
Una infección respiratoria lo ha llevado a estar hospitalizado durante esta última semana y aun nos quedaran unos días.
Hospital lleno de mayores, cansados de luchar, deteriorados y seguro algunos ansiosos de muerte.
Siempre he dicho que a lo que tengo miedo es al sufrimiento por enfermedad, al dolor, al malestar.
El miedo a la vida no me produce tanta preocupación como el derivado de una enfermedad mía o de los míos.
No sabemos apreciar la salud, hasta que llegado un momento la perdemos.
Imaginamos que un simple resfriado no es nada y que se pasa en nada, en esta ocasión no ha sido así y se ha complicado un poco más.
Afortunadamente mi marido va evolucionando muy bien, pero horas y días que se hacen eternas.
Gracias a las nuevas tecnologías podemos estar conectados casi todo el día al mundo a través de la red.
Conocer a mayores, hablar con ellas, me llena de energías y me encanta hacerlo.
Seguiremos aprendiendo, sacando cosas positivas de los momentos negativos.
La vida es eso, lucha y superación.
Seguiremos....
Ahora me ha tocado ejercer de cuidadora constante de mi esposo.
Una infección respiratoria lo ha llevado a estar hospitalizado durante esta última semana y aun nos quedaran unos días.
Hospital lleno de mayores, cansados de luchar, deteriorados y seguro algunos ansiosos de muerte.
Siempre he dicho que a lo que tengo miedo es al sufrimiento por enfermedad, al dolor, al malestar.
El miedo a la vida no me produce tanta preocupación como el derivado de una enfermedad mía o de los míos.
No sabemos apreciar la salud, hasta que llegado un momento la perdemos.
Imaginamos que un simple resfriado no es nada y que se pasa en nada, en esta ocasión no ha sido así y se ha complicado un poco más.
Afortunadamente mi marido va evolucionando muy bien, pero horas y días que se hacen eternas.
Gracias a las nuevas tecnologías podemos estar conectados casi todo el día al mundo a través de la red.
Conocer a mayores, hablar con ellas, me llena de energías y me encanta hacerlo.
Seguiremos aprendiendo, sacando cosas positivas de los momentos negativos.
La vida es eso, lucha y superación.
Seguiremos....
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
