La más bonita de la recompensa de cuidar es lo que te da la persona a la que estás cuidando.
Recuerdo y me emociona cada mañana cuando llegaba a ver a mi princesita y me regalaba su sonrisa.
Buenos días con unos ojos luminosos y comenzar la tarea de cada día, levantarse, aseo y desayuno.
Muchas horas para poder dedicarnos una a la otra, a hablar, reir, recitar poesías, pasear, tomar el sol,darle compañía, apoyo y sobretodo cariño algo que tanto nos gusta a todos.
Han sido más de 365 días en los que he disfrutado tanto que ahora queda el vacío y el hueco de su ausencia.
Una gran amiga mía me dedicó unas palabras que en la próxima entrada las voy a colocar.
Cuidar y querer tiene una gran recompensa.


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